jueves, 28 de mayo de 2015

Pero... ¿esto está en Nueva York?

En la entrada sobre Un paseo para recordar: East Village (http://viajavelling.blogspot.com/2015/05/un-paseo-para-recordar-east-village.html) os hablé sobre algunos jardines comunitarios de este genial barrio que son un remanso de paz, tranquilidad y ''verdura'' (si no existe, la palabra la invento yo). Pero no solo el East Village cuenta con estos pequeños (¡y no tan pequeños!) oasis.

Nueva York entera está llena, rompiendo un poco con el tópico de una ciudad única y exclusivamente de cemento y hierro. Se dice que más de 1700 parques ponen su toque verde al mapa, en una infinidad de tamaños, tipos y actividades.

Hoy os voy a nombrar solo algunos de los muchísimos parques que me parecen increíbles. Quiero que sepáis que para elaborar esta lista lo que he hecho ha sido dejar que me sorprendieran los propios parques y todos aquellos en los que he pensado: ''nunca me había imaginado que Nueva York tuviera un parque así'' están aquí.

Me voy a centrar en esta entrada a los que se hallan en Manhattan, por proximidad y porque los demás distritos (como sabéis son cinco en total, Manhattan - Bronx - Queens - Brooklyn - Staten Island) no representan tanto la imagen de la jungla de asfalto, gris y metalizada. Y os aviso, me he dejado muchos para entradas posteriores y los de hoy son solo unos pocos, para entradas futuras tengo una lista enorme y algunos os van a sorprender muchísimo (así gano lectores jaja).

Greenacre Park, un oasis en el corazón de la jungla de asfalto.

¿Dónde está? - 217 E 51st Street, Manhattan (he pensado que quizá no todo el mundo sabe interpretar estas direcciones, así que si te interesa que escriba una entrada explicándolo y también de paso explicando cómo moverse por Nueva York déjamelo en un comentario :D).



Nueva York tiene una capacidad para sorprender que ningún otro lugar tiene. Y ejemplo de esto es el Greenacre Park. En pleno corazón de Manhattan, entre los edificios, aparece sin previo aviso esta joya construida en 1971, que sin duda es una sorpresa para todo viandante que gira la mirada ante el sonido del agua cayendo, pensando ¿oigo agua? Efectivamente, lo que está oyendo es justamente una cascada.



Pero además, tienen un sistema de agua fluyendo alrededor que le da un toque muy natural, unido al hecho de que las sillas se puedan mover para elegir dónde sentarse y estar más cómodo. En verano los árboles dan sombra, y en invierno, el nivel superior del parque tiene unas lámparas de calor que calientan el parque y hacen llevadero el crudo frío neoyorquino.




Es un lugar genial e ideal para ir a relajarse, leer un libro, comer o beber algo mientras se escucha música o simplemente uno se limita a existir en la capital del mundo ante el relajante sonido de la cascada que es el atractivo principal del lugar.

Como guinda, aquellos que no hayan traído algo para beber o comer pueden comprarlo en la pequeña ventana-cafetería que tiene el parque. ¡Lo tienen todo pensado eh!



Paley Park, cascada, relax e historia en un mismo lugar.

¿Dónde está? - En el 3 53rd Street, Manhattan.

Se podría decir de este que es el hermano más conocido y un poco más céntrico del anterior, aunque también más minimalista. Al igual que el Greenacre Park, el Paley Park posee también una sorprendente y relajante cascada, aunque de apariencia más artificial (¡qué le voy a hacer, me gustan que las cascadas falsas parezcan cuanto más realistas mejor! jaja).

Ambos son de los llamados pocket parks (parques de bolsillo) que explican que intentan ser grandes lugares en espacios diminutos, por decirlo de esta forma jaja

Se terminó en 1967, pagado y construido por William S. Paley y tiene dos motivos claros: el primero, llamar la atención y persuadir al viandante de entrar en el parque; el segundo, ser disfrutado por la gente como explica una de las placas que hay en el parque.


Pero es sin duda un lugar genial también para descansar y relajarse del trepidante ritmo de la Gran Manzana. No sé vosotros, pero en mi ciudad ¡no tenemos de estas cosas!



¡Eso sí! El Paley Park tiene algo que es muy difícil de encontrar en otros lugares, y es un trozo de historia, historia europea además. Y es que uno de los secretos (no tan secretos) de este pequeños oasis neoyorquino se haya en este muro:


¡Sí, exacto! Sé que algunos de vosotros ya lo debéis saber, y es que este trozo de cemento es un fragmento del memorable (y afortunadamente caído) Muro de Berlín.

Por lo que se puede decir que Paley Park ofrece tranquilidad, descanso y reflexión sobre la historia reciente del mundo occidental. ¡Casi nada eh!


Nelson A. Rockefeller Park, la entrada al País de las Maravillas.

¿Dónde está? - Tiene varias entradas y ocupa una gran zona, más abajo pongo unas capturas de google maps.

Nos movemos un poco hacia el sur, concretamente a la zona llamada Battery Park City, donde se halla el Nelson A. Rockefeller Park, y aunque todo este parque es una zona genial, para ir a pasear, a jugar, a hacer un picnic, con los niños, con nuestras parejas o solos, me quiero centrar en una zona más específica del parque.

En serio recomiendo ir a este lugar en su totalidad, pero si no hay tiempo o no hay ganas, como mínimo recomiendo mucho esta pequeña zona de la que os voy a hablar.

Este parque pasa más desapercibido para los visitantes y suele ser frecuentado por estudiantes que salen de clase en el recreo y por los residentes que viven por la zona, pero realmente merece la pena.

Como es un parque bastante grande os dejo dos capturas de google maps para que os quede más o menos claro dónde está y cuál es la entrada más cercana al lugar del que hablo:


Una vez dentro os encontraréis con una zona que está repleta de pequeñas esculturas por todas partes que parecen estar contando una historia. Le dan al lugar un toque fantástico, la sensación que tendréis es la de haber seguido al conejo a través de la madriguera y estar compartiendo espacio con el Sombrerero Loco y el Gato de Chesire preguntándoos si celebráis vuestro ''no cumpleaños''.

Estas exquisitas, graciosísimas e interesantes esculturas decoran varias zonas no solo del parque, sino de la ciudad (también las hay en algunas paradas de metro) pero en este lugar es donde están más concentradas. Son obras del artista estadounidense Tom Otterness, y son exclusivamente para espacios públicos como este.





Como podéis ver las obras siguen una secuencia y parecen narrar una historia, os animo a intentar descubrir cuál es esta historia (yo me guardaré mi interpretación de la misma y si a alguien le interesa que me la pregunte jaja).




Este es un lugar genial y aparte de esta zona tan mágica y fantástica el parque está a orillas del Hudson y proporciona unas vistas geniales de Nueva Jersey y a medida que lo vas recorriendo te topas de golpe con la imponente y recién terminada Freedom Tower en todo su esplendor:


Sakura Park, belleza japonesa al norte de Manhattan.

¿Dónde está? - A la altura de la calle 122, se puede entrar desde Riverside Drive y desde Claremont Avenue (justo detrás de Riverside Church).

Y finalmente, tras ir al sur de Manhattan, movámonos al norte para ver los últimos parques de la entrada de hoy. El primero va a ser el Sakura Park, que debe su nombre a los más de 2000 cerezos traídos desde Japón a Nueva York en 1912, ya que en japonés sakura significa ''cerezos en flor'' (cherry blossoms ''in inglis pitinglis'').

Este lugar es sencillamente genial y precioso. La estampa que permite ver es sensacional y con el imponente campanario de Riverside Church, siempre vigilante.


Lo cierto es que uno puede olvidarse de estar en Nueva York (¡pero solo por un momento!) y creer sin problemas estar en Japón.


Carl Schurz Park, uno de los secretos mejor guardados de Nueva York.

¿Dónde está? - East 86th Street & East End Avenue.

Antes de ser parque este lugar fue de todo. En serio, de todo. Terminal para el ferry, granjas... pero a finales del siglo XIX se convirtió en un parque, conocido como East River Park, y finalmente en 1910 fue renombrado como Carl Schurz Park, en honor a un general de la guerra civil de origen alemán que se convirtió en ministro del interior y cuyas políticas tuvieron mucho peso en el desarrollo de parques nacionales.



Es uno de los secretos mejor guardados de Nueva York. Dispone de un genial paseo a orillas del East River con vistas a Roosevelt Island y al Queensboro Bridge, el que sale en la portada de la película de Woody Allen ''Manhattan''.



Además de ser uno de los parques más importantes para los ''amigos de los perros'', ya que cuenta con dos grandes zonas donde los visitantes caninos pueden campar a sus anchas, posee unas gran cantidad de zonas en su interior donde relajarse, escapar del ruido de la ciudad, y pararse a leer algo, ver a la gente y poder ''reordenarnos'' a nosotros mismo, cosa que a muchos nos hace falta en momentos de estrés (¿o soy el único? jaja)





¡Y hasta aquí la entrada de hoy! Estos tan solo son algunos de los muchísimos parques ocultos que tiene Nueva York, ¡y eso que solo me he limitado a Manhattan en esta entrada! Más adelante retomaré las entradas sobre este tema ya que tengo varios apuntados algunos de los cuales son sensacionales... pero a su tiempo que si no me quedaré sin nada de qué hablaros demasiado pronto jaja

Un saludo y hasta la próxima :D

viernes, 22 de mayo de 2015

¡El auténtico Grimaldi's!

El sitio del que os hablo hoy no es tan ''raro'', ni tan ''escondido'', y según se mire tampoco es tan ''único'', pero su historia es muy interesante, curiosa y sobre todo, actual.



Hoy vengo a hablaros de una historia que tiene apellidos italianos, rivalidades que duran años, demandas, y todo ello con el skyline de Manhattan de fondo.

¡No! no estoy hablándoos de Los Soprano o de los Corleone, sino de los Grimaldi y su pizzería en el 19 de Old Fulton Street, justo al lado del Puente de Brooklyn y en frente de Manhattan al otro lado del East River.

Pero la pizzería de la que os hablo no es la archiconocida Grimaldi's, que está a escasos metros, sino que os hablo de Juliana's. Pero tienen muchísimo que ver la una con la otra.

Resulta que Juliana's es una engañosa ''recién llegada''. Abrió en 2011, y ya se ha convertido en una de las mejores pizzas de Nueva York, pero detrás de todo esto hay una interesante y compleja historia.

Hablemos de su historia
(va a ser largo, pero es que la historia me resulta muy interesante XD si no os interesa podéis pasar al siguiente apartado)

Patsy Grimaldi decidió, junto con su mujer Carol, quien falleció el año pasado, cumplir su sueño de poseer una pizzería propia y lo hicieron en 1990 en el lugar que ahora está Juliana's.

Patsy's Pizza fue el primer nombre y desde que abrieron se convirtió en un restaurante con un ambiente familiar en el que Patsy y Carol eran como el papá y la mamá que se encargaban de que todo fuera bien.

Pronto se corrió la voz de las deliciosas pizzas cocinadas a la vieja usanza (¡en horno de carbón!) que Patsy había aprendido a hacer a los 13 años en el local de su tío en Harlem allá por los años 30.

Después fueron los famosos los asiduos y el lugar se convirtió en icónico. Luego empezaron los problemas.

En 1995, Patsy y Carol fueron denunciados por el nuevo dueño del local de su tío, quien había fallecido, y que tenía el mismo nombre, Patsy's Pizza. Tras mucho dinero perdido en tasas judiciales finalmente perdieron el juicio y tuvieron que cambiar el nombre por el de Grimaldi's.

Tres años después, en 1998, tanto Patsy como Carol estaban ya cansados tras muchos años de trabajo (él tenía 66 ya) y decidieron jubilarse, pero no cerrar el local.



Es entonces cuando entra en escena Frank Ciolli, quien aseguró que seguiría haciendo con el negocio lo mismo que el matrimonio había hecho hasta entones. Durante un largo año, Patsy enseñó a los cocineros cómo debían manipular la masa, la forma específica y correcta de hacerlo con los dedos y no con las manos; cómo utilizar el horno de carbón, cómo calentarlo; el maestro enseñaba a los alumnos. Un año en el que Ciolli y ellos hicieron buenas migas, cenando juntos los fines de semana y realizando actividades en común.

Todo genial, hasta que Ciolli efectuó el último pago a Patsy y la cosa cambió. La relación se tornó fría y sus paseos por el local empezaron a verse como un incordio. Todo estalló cuando una vez entró en la cocina y los pizzeros no hacían las cosas como él les había enseñado, entró en cólera, y finalmente se le pidió que no volviera por allí.

Patsy no ha vuelto a pisar Grimaldi's desde entonces.

y ¿Qué ocurrió con Grimaldi's? Pues lo que ocurrió fue que pasó de ser un lugar familiar y aclamado por toda la crítica y los aficionados a la pizza a convertirse en un lugar dedicado al turismo y a la expansión comercial que se despreocupó de los orígenes que le habían hecho llegar a ser lo que era.

Pero en la vida real las cosas a veces ocurren como en las películas y Ciolli, tras tener problemas con la familia que alquilaba el local, tuvo que abandonarlo (aunque se fue muy cerca, porque el nuevo local está a escasos quince metros).

Patsy y Carol vieron su oportunidad de hacer que las tornas cambiaran y hablaron con los dueños del edificio que les había alquilado a ellos con anterioridad y volvieron a abrir una pizzería en el mismo lugar que había estado la clásica Grimaldi's.

Finalmente, en 2011, y con la rivalidad personal entre los dueños de una y otra pizzería se abrió el nuevo local de los Grimaldi, pero no podía llamarse así, ni tampoco podía llamarse Patsy's Pizza, así que Patsy decidió ponerle el nombre de Juliana's en honor a su madre.

A día de hoy, la rivalidad es que ambos son el auténtico Grimaldi's y que ambos preparan la mejor pizza. La polémica está servida (¡y nunca mejor dicho!).

Y a todo esto... ¿qué tiene Juliana's que la hace tan especial?

Pues tiene muchas cosas a tener en cuenta. Por un lado, al menos de momento no es tan turístico como sí es Grimaldi's, quien aún mantiene la fama, por lo que se puede encontrar una mesa para comer sin muchos problemas, cuando en su vecino las colas suelen ser bastaaaaaaaaaaaaaante largas.



Pero al margen de esto (que es importante jaja) el ambiente es genial, acogedor y familiar. La decoración elegante. El servicio es muy atento, simpático y sencillamente perfecto. Los precios: acordes en cuanto a la relación calidad-precio. Y la comida... las pizzas son deliciosas. ¡Son las mejores que he probado hasta ahora!




Pero no todo lo bueno de Juliana's está en su interior, su ubicación es genial. Nada más salir uno se topa mirando a su derecha con el impactante skyline del downtown de Manhattan y con un mirador genial a orillas del East River y al lado del Puente de Brooklyn. No sé a vosotros pero no se me ocurre lugar y vistas mejores para bajar la comida :D

¡Estas son las vistas desde la calle!

Os animo a que vayáis y aportéis vuestro granito de arena a esta eterna rivalidad por saber cuál es la mejor pizza: Juliana's o Grimaldi's.


Y hasta aquí la entrada :D espero que haya resultado tan interesante leerla como para mí escribirla, y soy consciente de que a mucha gente le habrá parecido un auténtica coñazo (lo siento jaja) o ni la habrán leído :D para compensar, la próxima será mucho más variada y no, no será de comida jaja no tardaré tanto en subirla, seguramente en unos pocos días.


Un saludo y hasta la próxima :D

jueves, 14 de mayo de 2015

Un paseo para recordar: East Village

Tanto para los neoyorquinos permanentes como para los neoyorquinos ocasionales hay días en los que nos apetece algo tranquilo, sin movernos demasiado de la misma zona, relajado y pausado, pero esto no quiere decir aburrido.
Nueva York está llena de vida, y por lo tanto tiene de todo en todas partes. No hay barrios en esta ciudad que no ofrezcan algún sitio interesante al que ir o algo interesante que hacer.

Y uno de los barrios más de moda y que más ofrece es el East Village


Es una de las zonas con más movimiento, más variedad y más actividades de todo Manhattan y por ello hoy os traigo un plan completo, con múltiples opciones a diferentes precios y que pretende ser relajado basado en un paseo por el barrio desde por la tarde hasta la noche para esos días en los que ya estamos hartos de las prisas de ir de aquí para allá y solo queremos pararnos a disfrutar de Nueva York.

Let's start!

Lo primero es saber cómo llegar a la que ha sido siempre conocida como la zona más alternativa y punk de Manhattan; para ello debemos coger la línea L y bajarnos en la parada de la 1St Avenue.

Estaremos al norte del barrio y podremos ir descendiendo hacia el sur disfrutando de sus calles arboladas.

La variedad de sitios interesantes de esta zona es infinita, por lo que los sitios de los que os hablaré son algunos de los que me han parecido interesantes, pero hay muchos más que he tenido que descartar para no alargar esto demasiado jaja

Primera parada: tomar un batido colosal y riquísimo en B Cup Café

¿Dónde?: 212 Avenue B, en la esquina de la calle 13.

Esta cafetería decorada de manera muy vistosa y totalmente acogedora tiene un gran sentimiento de pertinencia al barrio y quieren, según sus propias palabras, ''devolver un poquito de lo mucho que el barrio les ha dado a ellos''.

Con WiFi gratuito, cómodas mesas y sillas ubicadas en plena calle o agradables sofás en su interior, las ganas de ir a este lugar ya son muchas pero es que además hacen unos batidos que están de muerte.

El ambiente es genial: tranquilo y acogedor; con música en un volumen ameno. Es la mejor forma de empezar una tarde tranquila.

Y no solo eso: bebidas calientes, heladas, sándwiches, ensaladas, etcétera.

Abren tempranísimo, a las 7 y media de la mañana y cierran a las 8 de la tarde.

Recomendación especial: Vanilla Espresso Freeze. Está buenísimo.





Siguiente parada: Tompkins Square Park

Bajando por Avenue B un par de calles llegaremos a Tompkins Square Park, es el corazón del barrio. Ubicado en pleno centro como punto de intersección de casi todas las calles y avenidas de la zona este parque no es pequeño y está lleno de zonas donde sentarse a la sombra o al sol a relajarse y digerir el batido gigantesco del B Cup.

Además, hacia finales del verano, todo el barrio vive el llamado Howl! Festival, en el cual las cafeterías, las librerías, los clubs y las tiendas del barrio se echan a la calle y ganan protagonismo los recitales de poesía, conciertos, representaciones teatrales gratuitas, etcétera. Y este parque es el epicentro de todo con la mayor parte de estas actuaciones a las que suelen asistir personajes importantes del mundo de la música, la literatura o el cine independiente.

Otro festival, o desfile, mejor dicho, es el Tompkins Square Halloween Dog Parade en el que, como os podéis imaginar, los protagonistas son los perros. Es el resultado de una serie de reformas del parque por parte de los vecinos en los 90 en los que se quería asegurar una zona segura para poder ir con los mejores amigos del hombre y no ver el barrio afectado por la droga y el crimen, y lo que comenzó como una zona para perros dentro de la reforma del parque acaba convirtiéndose en este peculiar y perruno desfile que cada año atrae a muchos curiosos, de dos y cuatro patas, y que no decepciona nunca. Se suele hacer un par de días antes de Halloween.






 La joya de la corona: Saint Mark's Place

Si Tompkins Square es el corazón, Saint Mark's Place es la arteria principal del East Village. Epicentro durante décadas de la cultura punk y alternativa, esta mítica calle inmortalizada en numerosos videoclips musicales y películas es hoy en día una de las que más movimiento y comercios tiene de toda la zona.

Saint Mark's Place se corresponde con la calle 8 entre las avenidas 3 y A.

Sigue manteniendo ese toque punk en muchos de sus rincones, aunque ya un poco venido a menos.

Aquí podemos encontrar la para nada común y muy interesante tienda de Search & Destroy (25 St Mark's Place), donde encontraremos tras un escaparate totalmente sugerente todo tipo de objetos relacionados con la cultura punk y lo alternativo ''colocado'' de manera que parece que no hay ningún orden ni ninguna jerarquía (¿un guiño anarquista?). Lo cierto es que aunque no tengamos la intención de comprar nada merece la pena ir solo para ver qué hay dentro y qué tesoro se puede hallar. Desde ropa estridente objetos llamativos a objetos horteras pasando por todo tipo de cosas inclasificables. Se dice que famosas como Lady Gaga o Miley Cyrus va a comprar aquí a veces... con eso se dice todo jaja



Más adelante en esta misma calle encontramos otra referencia punk: Trash and Vaudeville (4 St Mark's Place). En el mismo sitio desde 1975, es conocida por haber proporcionado la ropa a The Ramones entre otras bandas durante la época dorada del punk rock.
Su horario es más variado, de lunes a jueves abren a las 12 y cierran a las 20, pero los viernes y sábados abren a las 11:30 y cierran a las 20:30. El domingo de 13:00 a 19:30.




Entre ambas tiendas hay un sin fin de locales, desde St Mark's Comics (11 St Mark's Place), que no está al nivel de otras tiendas especializadas en este género como Forbidden Planet a Stromboli Pizza (83 St Mark's Place), cuyas porciones son generosas y deliciosas, pasando por Gem Spa (131 2nd Avenue, esquina con Saint Mark's) y su famoso Chocolate Egg Cream, sin olvidarme de los cargados perritos calientes de Crif Dogs (113 St Mark's Place).

¡Recordatorio! El que visite Saint Mark's Place que no se pierda los numerosos e históricos edificios que lo rodearán con sus detalles arquitectónicos y escultóricos interesantes, y que preste atención a todo lo que vea para no perderse los numerosos mosaicos del veterano de Vietnam Jim Power repartidos por toda la zona.




Saliendo de Saint Mark's: disfrutar de un oasis.

¡Pero no todo lo bueno del barrio está en Sain Mark's!

Este barrio tiene también algo que la gente nunca asocia con Nueva York, y son espacios verdes. ¡Y no tiene pocos!

Por todo el East Village se reparten numerosísimos jardines comunitarios cuidados por los vecinos y en los que, por lo general, se puede entrar sin ningún problema. Son totalmente gratuitos y además son un remanso de paz y naturaleza poco imaginables en la jungla de asfalto.

Hay muchísimos, muchísimos, muchísimos. Si veis uno y queréis entrar simplemente hacedlo y disfrutar :D

Por nombrar simplemente algunos, tenéis por un lado La plaza cultural (este es muy recomendable) o El Jardín del Paraíso. Y sí, sus nombres originales están en español, mira tú por dónde!






Empieza a oscurecerse...

¡Que el sol se comience a ir no significa que nosotros debamos irnos con él! Por la noche el East Village está tan vivo como cualquier otra parte de Nueva York.

Tras salir llenos de paz interior de uno de los jardines comunitarios lo mejor es llenar también el estómago y en las calurosas tarde-noches de verano lo mejor que se puede hacer es tomarse un helado, y ¿qué mejor lugar para ello que ir a Odd Fellows (75 E 4th Street)? Allí podemos pedirnos un sabor clásico como chocolate o fresa o alguno de los numerosos saberos raros y exóticos que ofrece esta heladería ''recién llegada'' al barrio, como por ejemplo a pimienta negra o melón con jamón, sin olvidarnos del de sésamo, pan de centeno y naranja de la china (¡todo en uno!).
Tienen abierto hasta bastante tarde con lo que se puede ir casi a cualquier hora. De lunes a viernes abren a las 13 y los fines de semana a las 12, y cierran a las 22 de lunes a jueves y domingos, mientras que los viernes y sábados cierran a las 23.




Lo idóneo es comérnoslo e ir hacia la cercana y nocturna (cierran entre las 11 y las 12 de la noche) Saint Mark's Bookshop, considerada por muchos la mejor librería de la ciudad (y algunos dicen que del mundo) para ojear y hojear hasta encontrar el libro que buscábamos (aunque no supiéramos que buscábamos un libro porque en este lugar siempre se acaba comprando uno algo) entre sus muchísimas opciones y así hacer tiempo para la cena o si estamos muy llenos para comer nada podemos pasar al último de los planes de este día.
Abren todos los días a las 11 menos los domingos que abren a las 12 y cierran todos los días a las 23:00.




Terminar el día en el cine o escuchando recitar poesía

Soy consciente de que para esto hay que saber, aunque sea un poquito, de inglés, pero aunque no sepamos casi nada sigue siendo algo interesante que se puede hacer en este barrio y una experiencia nueva más.

Para ir al cine tenemos la opción del Landmark Theatres o Sunshine Cinema (143 Houston Street, entre las Avenidas 1 y 2) (son el mismo), que suele poner proyecciones de clásicos de culto y cuyas sesiones llamadas Sunshine at midnight de los viernes y los sábados se hacen, precisamente, a media noche.


Pero si en lugar de cinéfilos nos sentimos poéticos, podemos optar por ir al clásico Nuyorican Poets Café (236 E 3rd Street) a ver algún recital, concierto o sino la competición de poesía que tiene más de 20 años de historia en la que los concursantes se van eliminando por rondas hasta llegar a la final.





 ¿Sabéis qué es lo mejor de esta ciudad? Que he puesto un montón de sitios en esta entrada y me he dejado otros tantos para no alargarla, como el que ha sido elegido como el lugar número 1 de cupcakes de la ciudad y que cierra también bastante tarde o sitios que me han parecido demasiado ya para el plan jaja ya os hablaré de ellos :D


Y hasta aquí el plan para una tarde-noche cualquiera en el East Village. Espero que haya sido interesante y que hayáis apuntado algunos de los sitios de los que os he hablado, si tenéis alguna duda no dudéis en dejarla y la contestaré si puedo :D

Un saludo y hasta la próxima entrada :D