jueves, 28 de mayo de 2015

Pero... ¿esto está en Nueva York?

En la entrada sobre Un paseo para recordar: East Village (http://viajavelling.blogspot.com/2015/05/un-paseo-para-recordar-east-village.html) os hablé sobre algunos jardines comunitarios de este genial barrio que son un remanso de paz, tranquilidad y ''verdura'' (si no existe, la palabra la invento yo). Pero no solo el East Village cuenta con estos pequeños (¡y no tan pequeños!) oasis.

Nueva York entera está llena, rompiendo un poco con el tópico de una ciudad única y exclusivamente de cemento y hierro. Se dice que más de 1700 parques ponen su toque verde al mapa, en una infinidad de tamaños, tipos y actividades.

Hoy os voy a nombrar solo algunos de los muchísimos parques que me parecen increíbles. Quiero que sepáis que para elaborar esta lista lo que he hecho ha sido dejar que me sorprendieran los propios parques y todos aquellos en los que he pensado: ''nunca me había imaginado que Nueva York tuviera un parque así'' están aquí.

Me voy a centrar en esta entrada a los que se hallan en Manhattan, por proximidad y porque los demás distritos (como sabéis son cinco en total, Manhattan - Bronx - Queens - Brooklyn - Staten Island) no representan tanto la imagen de la jungla de asfalto, gris y metalizada. Y os aviso, me he dejado muchos para entradas posteriores y los de hoy son solo unos pocos, para entradas futuras tengo una lista enorme y algunos os van a sorprender muchísimo (así gano lectores jaja).

Greenacre Park, un oasis en el corazón de la jungla de asfalto.

¿Dónde está? - 217 E 51st Street, Manhattan (he pensado que quizá no todo el mundo sabe interpretar estas direcciones, así que si te interesa que escriba una entrada explicándolo y también de paso explicando cómo moverse por Nueva York déjamelo en un comentario :D).



Nueva York tiene una capacidad para sorprender que ningún otro lugar tiene. Y ejemplo de esto es el Greenacre Park. En pleno corazón de Manhattan, entre los edificios, aparece sin previo aviso esta joya construida en 1971, que sin duda es una sorpresa para todo viandante que gira la mirada ante el sonido del agua cayendo, pensando ¿oigo agua? Efectivamente, lo que está oyendo es justamente una cascada.



Pero además, tienen un sistema de agua fluyendo alrededor que le da un toque muy natural, unido al hecho de que las sillas se puedan mover para elegir dónde sentarse y estar más cómodo. En verano los árboles dan sombra, y en invierno, el nivel superior del parque tiene unas lámparas de calor que calientan el parque y hacen llevadero el crudo frío neoyorquino.




Es un lugar genial e ideal para ir a relajarse, leer un libro, comer o beber algo mientras se escucha música o simplemente uno se limita a existir en la capital del mundo ante el relajante sonido de la cascada que es el atractivo principal del lugar.

Como guinda, aquellos que no hayan traído algo para beber o comer pueden comprarlo en la pequeña ventana-cafetería que tiene el parque. ¡Lo tienen todo pensado eh!



Paley Park, cascada, relax e historia en un mismo lugar.

¿Dónde está? - En el 3 53rd Street, Manhattan.

Se podría decir de este que es el hermano más conocido y un poco más céntrico del anterior, aunque también más minimalista. Al igual que el Greenacre Park, el Paley Park posee también una sorprendente y relajante cascada, aunque de apariencia más artificial (¡qué le voy a hacer, me gustan que las cascadas falsas parezcan cuanto más realistas mejor! jaja).

Ambos son de los llamados pocket parks (parques de bolsillo) que explican que intentan ser grandes lugares en espacios diminutos, por decirlo de esta forma jaja

Se terminó en 1967, pagado y construido por William S. Paley y tiene dos motivos claros: el primero, llamar la atención y persuadir al viandante de entrar en el parque; el segundo, ser disfrutado por la gente como explica una de las placas que hay en el parque.


Pero es sin duda un lugar genial también para descansar y relajarse del trepidante ritmo de la Gran Manzana. No sé vosotros, pero en mi ciudad ¡no tenemos de estas cosas!



¡Eso sí! El Paley Park tiene algo que es muy difícil de encontrar en otros lugares, y es un trozo de historia, historia europea además. Y es que uno de los secretos (no tan secretos) de este pequeños oasis neoyorquino se haya en este muro:


¡Sí, exacto! Sé que algunos de vosotros ya lo debéis saber, y es que este trozo de cemento es un fragmento del memorable (y afortunadamente caído) Muro de Berlín.

Por lo que se puede decir que Paley Park ofrece tranquilidad, descanso y reflexión sobre la historia reciente del mundo occidental. ¡Casi nada eh!


Nelson A. Rockefeller Park, la entrada al País de las Maravillas.

¿Dónde está? - Tiene varias entradas y ocupa una gran zona, más abajo pongo unas capturas de google maps.

Nos movemos un poco hacia el sur, concretamente a la zona llamada Battery Park City, donde se halla el Nelson A. Rockefeller Park, y aunque todo este parque es una zona genial, para ir a pasear, a jugar, a hacer un picnic, con los niños, con nuestras parejas o solos, me quiero centrar en una zona más específica del parque.

En serio recomiendo ir a este lugar en su totalidad, pero si no hay tiempo o no hay ganas, como mínimo recomiendo mucho esta pequeña zona de la que os voy a hablar.

Este parque pasa más desapercibido para los visitantes y suele ser frecuentado por estudiantes que salen de clase en el recreo y por los residentes que viven por la zona, pero realmente merece la pena.

Como es un parque bastante grande os dejo dos capturas de google maps para que os quede más o menos claro dónde está y cuál es la entrada más cercana al lugar del que hablo:


Una vez dentro os encontraréis con una zona que está repleta de pequeñas esculturas por todas partes que parecen estar contando una historia. Le dan al lugar un toque fantástico, la sensación que tendréis es la de haber seguido al conejo a través de la madriguera y estar compartiendo espacio con el Sombrerero Loco y el Gato de Chesire preguntándoos si celebráis vuestro ''no cumpleaños''.

Estas exquisitas, graciosísimas e interesantes esculturas decoran varias zonas no solo del parque, sino de la ciudad (también las hay en algunas paradas de metro) pero en este lugar es donde están más concentradas. Son obras del artista estadounidense Tom Otterness, y son exclusivamente para espacios públicos como este.





Como podéis ver las obras siguen una secuencia y parecen narrar una historia, os animo a intentar descubrir cuál es esta historia (yo me guardaré mi interpretación de la misma y si a alguien le interesa que me la pregunte jaja).




Este es un lugar genial y aparte de esta zona tan mágica y fantástica el parque está a orillas del Hudson y proporciona unas vistas geniales de Nueva Jersey y a medida que lo vas recorriendo te topas de golpe con la imponente y recién terminada Freedom Tower en todo su esplendor:


Sakura Park, belleza japonesa al norte de Manhattan.

¿Dónde está? - A la altura de la calle 122, se puede entrar desde Riverside Drive y desde Claremont Avenue (justo detrás de Riverside Church).

Y finalmente, tras ir al sur de Manhattan, movámonos al norte para ver los últimos parques de la entrada de hoy. El primero va a ser el Sakura Park, que debe su nombre a los más de 2000 cerezos traídos desde Japón a Nueva York en 1912, ya que en japonés sakura significa ''cerezos en flor'' (cherry blossoms ''in inglis pitinglis'').

Este lugar es sencillamente genial y precioso. La estampa que permite ver es sensacional y con el imponente campanario de Riverside Church, siempre vigilante.


Lo cierto es que uno puede olvidarse de estar en Nueva York (¡pero solo por un momento!) y creer sin problemas estar en Japón.


Carl Schurz Park, uno de los secretos mejor guardados de Nueva York.

¿Dónde está? - East 86th Street & East End Avenue.

Antes de ser parque este lugar fue de todo. En serio, de todo. Terminal para el ferry, granjas... pero a finales del siglo XIX se convirtió en un parque, conocido como East River Park, y finalmente en 1910 fue renombrado como Carl Schurz Park, en honor a un general de la guerra civil de origen alemán que se convirtió en ministro del interior y cuyas políticas tuvieron mucho peso en el desarrollo de parques nacionales.



Es uno de los secretos mejor guardados de Nueva York. Dispone de un genial paseo a orillas del East River con vistas a Roosevelt Island y al Queensboro Bridge, el que sale en la portada de la película de Woody Allen ''Manhattan''.



Además de ser uno de los parques más importantes para los ''amigos de los perros'', ya que cuenta con dos grandes zonas donde los visitantes caninos pueden campar a sus anchas, posee unas gran cantidad de zonas en su interior donde relajarse, escapar del ruido de la ciudad, y pararse a leer algo, ver a la gente y poder ''reordenarnos'' a nosotros mismo, cosa que a muchos nos hace falta en momentos de estrés (¿o soy el único? jaja)





¡Y hasta aquí la entrada de hoy! Estos tan solo son algunos de los muchísimos parques ocultos que tiene Nueva York, ¡y eso que solo me he limitado a Manhattan en esta entrada! Más adelante retomaré las entradas sobre este tema ya que tengo varios apuntados algunos de los cuales son sensacionales... pero a su tiempo que si no me quedaré sin nada de qué hablaros demasiado pronto jaja

Un saludo y hasta la próxima :D

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